Vida... muerte...
Me cuesta imaginar cómo sería la vida antes de que yo apareciese en escena, o cómo será cuando yo deje de ser. No me considero comienzo ni final de una época, pero está claro que mi existencia está determinada por el día de mi nacimiento, un 24 de diciembre de hace no muchos años, y el de mi muerte, cuya fecha desconozco.
Cuando yo no sea yo, es decir, cuando lo que llamo "yo" deje de existir, las modas seguirán cambiando, cambiarán las tendencias musicales, la tecnología nos seguirá sorprendiendo con nuevos avances, serán diferentes ideologías las que dirijan el mundo, este planeta sobre el que vivimos seguirá deteriorándose, se conocerán más cosas acerca del cerebro humano que actualmente ignoramos, se valorará el arte de un modo distinto y la gente que conozco desaparecerá poco a poco, dejando paso a las nuevas generaciones, entre ellas la mía. Antes de que yo deje de ser quizás algún día sea madre, abuela, bisabuela...hasta que llegue el momento de irme y dejar aquí todo lo que durante mi vida he estado forjando, entre todo ello, mi descendencia, y cada uno de ellos serán (o no) padres, abuelos, bisabuelos...
Las despedidas nunca han resultado fáciles, pero cuando la mía en concreto tenga lugar, me gustaría ser consciente de que ningún periodo de existencia en la historia es insignificante, y puesto que yo también estoy escribiendo la historia, soy uno de sus personajes. Cada persona que nace y que, como consecuencia, algún día muere, es alguien que ha dejado paso a otras nuevas personitas que no habrían nacido si no fuera por ella. Además, continuamente estamos influyendo en la gente que nos rodea (sea para bien o para mal) y dejando en cada uno de ellos una impresión que llevarán consigo durante toda su vida. Es así como se nos recordará cuando ya no podamos ejercer influencia sobre nadie.
Pongo en una balanza la vida y la muerte y llego a la conclusión de que la muerte no es más que una etapa más de la vida, el final de ella. Es lo único que podré hacer una sola vez en la vida y que hará que todo lo que yo haya hecho mientras ésta durara quede impreso en tinta indeleble.
Cuando yo no sea yo, es decir, cuando lo que llamo "yo" deje de existir, las modas seguirán cambiando, cambiarán las tendencias musicales, la tecnología nos seguirá sorprendiendo con nuevos avances, serán diferentes ideologías las que dirijan el mundo, este planeta sobre el que vivimos seguirá deteriorándose, se conocerán más cosas acerca del cerebro humano que actualmente ignoramos, se valorará el arte de un modo distinto y la gente que conozco desaparecerá poco a poco, dejando paso a las nuevas generaciones, entre ellas la mía. Antes de que yo deje de ser quizás algún día sea madre, abuela, bisabuela...hasta que llegue el momento de irme y dejar aquí todo lo que durante mi vida he estado forjando, entre todo ello, mi descendencia, y cada uno de ellos serán (o no) padres, abuelos, bisabuelos...
Las despedidas nunca han resultado fáciles, pero cuando la mía en concreto tenga lugar, me gustaría ser consciente de que ningún periodo de existencia en la historia es insignificante, y puesto que yo también estoy escribiendo la historia, soy uno de sus personajes. Cada persona que nace y que, como consecuencia, algún día muere, es alguien que ha dejado paso a otras nuevas personitas que no habrían nacido si no fuera por ella. Además, continuamente estamos influyendo en la gente que nos rodea (sea para bien o para mal) y dejando en cada uno de ellos una impresión que llevarán consigo durante toda su vida. Es así como se nos recordará cuando ya no podamos ejercer influencia sobre nadie.
Pongo en una balanza la vida y la muerte y llego a la conclusión de que la muerte no es más que una etapa más de la vida, el final de ella. Es lo único que podré hacer una sola vez en la vida y que hará que todo lo que yo haya hecho mientras ésta durara quede impreso en tinta indeleble.
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sarai -